Imagen tomada de:
https://the-art-trench.tumblr.com/post/175579978523/ahsoka-tano-as-a-cat
La vida nos da sus lecciones de
alguna manera, ajustada a la realidad que estamos acostumbrados a navegar, no
significa lo anterior de que haya aprendido algo en los recientes días o que
quizás de mi parte haya un crucero emocional en diversos umbrales hasta llegar
a la verdad requerida, no.
Sigo en tránsito.
Estas lecciones se dan porque en el
momento de recorrer los pasillos de lo indomable nos acomodamos a lo absurdo de
lo obvio. Me explico. Somos sujetos de emociones fuertes, nos confrontamos a
diario en decisiones, temores, confusiones que en su mayoría siguen vigentes,
allí yace la base de lo absurdo; nos acomodamos a lo conocido y de eso
apartamos lo feo para endulzarnos con lo fácil, lo obvio.
Si somos seres dramáticos, la vida
nos dará el drama esperado y con este el aprendizaje sin hacer falta el
correspondiente juego de luces y confetis. Si somos seres de silenciosas
acciones entonces la vida de muda manera y con el frío de otoño nos golpeará
tan fuerte que pensaremos que ha sido una señal.
No es pues que tengamos que recibir
una notificación con el mensaje explicado y con correspondiente infografía, a
veces es solo mirarnos al espejo y reconocer en esos ojos el estado del alma.
Conversaba con una especial amiga de
la vida y a bien coincidimos que el tiempo y espacio han estado en permanente
transformación, en giros que para algunos como nosotros, los cachorros de ayer
y hoy, hemos confrontado con lo más significativo de nuestra vida.
La fe.
La pasión.
Coincidimos además de que hay que
descansar, es momento de una pausa y con ésta de un ejercicio de replantear
todo aquello que condicionamos importante. Porque lo importante fue pero no
sabes si lo siga siendo. Porque lo que amamos ahora no existe o se ha
transformado. Porque lo que nos dignifica ahora no nos reconoce de la misma
manera.
Es el efecto helado de chocolate,
donde lo amamos de infantes pero ahora de adultos muchos se han alejado de ese sabor
en particular. Aquello que construimos con los anhelos de juventud se va
reconfigurando con las ansias de la vida adulta. Es coincidir en cada mensaje
que nos llega en forma de tarea, viaje o promesas.
Es la vida y sus lecciones un
permanente escollo de tropezar con la misma piedra mientras no se aprenda por
qué está allí esa piedra. Nos quejamos claro, porque es un deporte de infinitas
acciones. ¿Aprendemos?
Pero es cierto por igual que la
manera de aprender varía en cada personaje, cada mensaje tiene una codificación
mística que permite que se de esa transformación anhelada y no la otra
transformación, la permeada.
Somos sujetos de emociones, insisto.
Somos seres en tránsito, resisto.
Cada reto que construimos a lo largo
de la vida se nos va convirtiendo en un aliado o un antagónico y allí no
podemos permitir ser víctimas de las emociones ni tercos ante las señales pero
qué difícil que se nos convierte el caminar.
Soñar.
Han sido días muy difíciles en los
que la solución a cada reto se ha dado en personajes y palabras de aliento de
diferente origen, no necesariamente del nido central o las zonas de confianza.
A veces, solo a veces, se escucha el
ruido demasiado tarde.
AV
No hay comentarios.:
Publicar un comentario