14 de marzo de 2008

Mi Primera Cana



Ultimamente me estoy dedicando a otros oficios que desde hace rato no me dedicaba, sin embargo y con el paso de los meses, días y horas mi cabello ha sido arrastrado por el mudo pero letal visto bueno de la experiencia: Me ha salido una cana bella y frondosa en mi cabello en contra de mi voluntad.

Hace mucho tiempo no me reporto en la web con un buen criterio literario, ni con algún reporte mensual o diario de actividades que suelen ocurrir en la uretra de la nostalgia, sin embargo, este acontecimiento lo utilizo como excusa para interpelar ante los ingratos mi condición de ser vivo, de adolescente en proceso de salida.

La semana pasada inicié nuevamente el ejercicio de sentarme a escribir, pues he dado fin a la sequía orgánica del arte de escribir y dejando lo viceral a un lado me he colocado en la tarea de re - editar y re - escribir mi primer libro, se trata de El Soñar de los Caminantes, aquella novela primípara en los pasos iniciales de mi rol y profesión como artista, intelectual y escritor joven. Recuerdo que con el primer capítulo de esa obra gané el concurso de cuento de El Tiempo del año 2000, viajé a Medellín al encuentro nacional de Toma la Palabra, en fin, tiempos aquellos. Pero no todo es de ganacias y palceres, resulta que ese libro es a mi criterio El Libro Maldito, esa obra está llena de incidencias y sucesos malucos que en un post particular se los redactaré.

Comentando sobre la aparición de mi primera cana asumo el incidente como una excusa coqueta y bella para decir que ahora sí puedo echarme una canita al aire y no me pueden reprochar ni reclamar juicio alguno, de hecho puedo decir que estaba desprevenido y me tocó asumirlo con calma.
Intento recordar o identificar a ese algo o a ese alguién que se considere culpable de las circusntancias que motivaron a mi organismo a dar a luz a mi primera cana, a ese delgado y bello cabello blanco que me baila de un lado a otro en un mundo oscuro y castaño de cabellos asombrados por el diferente y particular cabello blanco. Pensaría que son las condiciones de la vida, o los amores exigentes y taciturnos, o los sufridos pero amados procesos de nocturno, o los estudiantes, o el trabajo, en fin.
Cuando me salga la segunda cana si comienzo a preocuparme, ahí si pongo alerta naranja a mi organismo y grito con aire de independencia el acontecimiento como una metamorfosis propia de los Vargas, por ahora solo me dedico a reirme y burlarme de mí mismo.
Espero poder retomar nuevamente mis acciones en este blog y darles de que leer. Se acerca la Feria del Libro de Bogotá.
La de la Foto es Julieta, mi niña consentida.
Hasta entonces.
AV

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