28 de agosto de 2023

Mañana (Agosto)

 



Imagen tomada de: https://arthive.com/es/tsuguharufoujita/works/385195~Gato_en_la_mesa

 

Con la llegada de nuevos retos se nos va acorralando la cotidianidad en decisiones y acciones de alto impacto. Comenzamos a sentir más cansancio en algunas tareas, que se nos retrasan algunas actividades que en la costumbre hacíamos a tiempo y por supuesto, se nos va alejando el descanso en otros menesteres, pues se prefiere huir de lo real a salir al mundo real a gozar de sus dinámicas.

Una de las importantes falencias encontradas en este ritmo acosador e ingrato, es el contacto y disfrute de plan familiar. Es en definitiva lo que más me ha comenzado a preocupar, no ocupar. Preciso es, que ante la no ocupación de asuntos de familia es que he quedado inmerso en un bucle de descanso en casa y labores de clases.

No siendo suficiente el compromiso, me distraigo en el placer culposo, de atender los retos de un nuevo paso en vida que termino preciso, por convertir en rutina alejada de la intimidad.

Cuesta mucho desprenderse de aquello que nos apasiona con lo que es pasión pura, me explico: Somos entregados a nuestras labores con el decoro permanente de ser excelentes en cada gestión y tarea, pero es allí, en lo inverosímil de la buena labor, que se nos escapa de las prioridades, lo que realmente es pasión por la vida, un buen libro, una porción de torta, una salida campestre, una visita al cinema o solamente, un almuerzo en casa con los seres queridos.

No confundir pasión por el logro que la pasión misma por la vida, confieso que he pecado.

Nada nos excusa en la vida con los seres queridos que el querer volver a donde todo inicia, en ese espacio húmedo de fantasía que nos dejaba soñar, aquellos rincones con aromas a cilantro y sal, que emergían en acostumbrada comunicación. 

Ahora se viene para mi criterio, el mes más exigente de este año, estoy preciso, a dos días de comenzar una serie de tareas y actividades que si bien han estado planificadas con su debido rigor, la coyuntura nos arroja nuevas complicaciones que hacen del tiempo, una lotería llena de azares y malestares, pero no se puede uno permitir caer en tales emociones, porque de ser así, sacrificamos el descanso mismo que en casa anhelamos proteger.

De alguna manera lo manifestaba semanas atrás, he renunciado a algunas pasiones y sueños, con el compromiso de poder sacar adelante los nuevos retos, las vivencias de nuevas arcas y por supuesto, las súplicas de alguna que otra tarea que emerge en el sendero del guerrero, renuncia que algunos compañeros desconocen, quizás otros ni interés puedan hallarle, y en el caso más desconectado de la realidad, no dan razón o correspondencia, a la paz con la que se ha tomado la decisión en sí.

Comenzar a perseguir nuevas tretas ha sido por demás un agotador trayecto, se lo decía a un par de amigos, estoy cansado, pero debo de continuar ¿cuándo descansaremos? ¿debemos de parar?

La respuesta es si, pero no hoy. Hay que avanzar un par de semanas más, un par de meses más, un par de años, y décadas, y siglos, y bajo ese manto nos convencemos que ya casi vamos a terminar.

¿Cuándo descansaremos?

Mañana.

Lo importante es dar lugar a la reflexión y en ella sentar las bases de un compromiso personal de cambio. No permitir caer en el bucle de la mejora  institucional, ni ser ajeno al interés de ese niño soñador que ahora es directivo en un importante vacío emocional.

Seguir los pasos del compromiso adquirido, dibujar en la arena los juegos de palabras que instruyen esa capacidad de asombro, ser pacientes con quienes no convidan nuestros esfuerzos y seguir adeudando la ternura a todos aquellos que siguen a la espera de una taza de café.

Hay que cuidar la salud mental y física y les confieso, me he comenzado a sentir mentalmente afectado, por eso hoy y mañana, saldré directo a comerme ese helado con ponqué que tanto me gusta y daré espera, a esas letras que no se dejan detener.

Retomarnos en un discurso de madurez bajo la premisa de lo urgente, como si lo importante no tuviese también títulos y etiquetas más allá de lo rutinario.

Rediseñar lo cotidiano.

AV

23 de agosto de 2023

Sueños (El Mostrador)



 
Imagen tomada de: https://dontstressmeowt-catcafe.com/

“Oklahoma’s first cat café”. don’t stress meowt - Cat Café.

 

Nos excusamos en lo inclemente que es el tiempo y sus ataduras, dejamos allí un pensamiento débil de que todo se nos desborda en deberes y atenciones, al punto mismo de empezar nosotros a ser parte misma de las dicotomías del tiempo, de estar en un lugar, pero con la mente ejercer actividades en otro.

No podemos permitirnos ser una versión distinta a lo que hemos prometido bajo el árbol de navidad, a lo que dibujamos en la clase de infantes o simplemente, a aquello que conversamos alguna vez en una cafetería de la universidad.

Recientemente me he preocupado por atender regímenes varios de mi actual empleo y de otros trazos que se me dan en el camino, de una parte desde siempre he dado cumplimiento a esa apasionada manera de ser que me encierra en metas y obsesiones. De otra parte, me he tropezado con las mismas rocas del camino, sujetándome con algo de impaciencia en el parapeto de una nueva experiencia de vida.

Y es que es allí preciso, en donde nuevos personajes y ritmos han emergido como una señal de cambio de era, como lo comenté años atrás, de esos cambios de época a los que nos sometemos sin ser invocados.

Bien lo explicaba una reputada doctora (PhD) de la Universidad H, que la innovación es respuesta a los cambios de contexto, un contexto en el que el mundo se rediseña a su propia lógica, a su ritmo y claramente, a sus circunstancias culturales y tecnológicas que como un cronómetro exacto, sucede cada seis años.

¿Dónde estábamos hace seis años?

En el año 17 estaba preocupado mirando a la ciudad desde una ventana, estrenando una jodida enfermedad, extrañando a mi padre y con el dolor del alma, cuestionándome los caminos que habían surcado mis expectativas de momento.

¿Dónde estamos hoy?

En este año 23, estoy preocupado pero por temas que sobrepasan mi capacidad laboral, extrañando a mi padre cada mañana y sus horas. Comenzando a tejer esa extraña enfermedad con un poco más de calma, cuestionando los caminos recorridos, pero agradecido de todo lo aprendido.

¿Y hace doce?

Hace doce, en el año 11, buscaba respuestas, oportunidades, algo de paz. Y claro, cada cosa se fue dando en su lugar y con sus personajes propios. Pero no es sujetar la vida en fragmentos de seis año, aunque a decir verdad, son escalas a veces, exactas de cambio, de perspectiva de vida pero también de ritmos y allegados.

No podemos permitir que la vida se nos escape en una agenda, sino mejor, escaparnos en un túnel de vida lleno de sueños, y en ello, comentaba días atrás, he aprendido a renunciar a algunas de esas viñetas que con muchos anhelos, estaban colgadas en un mostrador tipo vitrina, para darme la ansiedad de querer cumplirlos.

Hoy no lo hago, hoy no tengo vitrina ni maletines que cargar con sueños sino que, me he dado ahora a la labor de trabajarlos directamente, darles fecha y someterlos al escrutinio de un indicador, poder cumplir al niño que alguna vez fui, esa promesa de ser lo que por el momento, no soy.

Hay caminos que siempre se quedan en el mostrador, sueños que se secan como una hoja en otoño y terminan por ser monumentos, un artefacto de la memoria y no, una vitamina para continuar. 

Hay sueños que son planes de acción.

AV