8 de octubre de 2014

Leslie Singer: Lléveme a “gasiosiar”




Poco soy de admirar a las personas, no porque no crea que algunas lo merezcan; sino por el miedo a verlas fallar y condenarme a un dolor de decepción, que desde mi punto de vista, es de los peores. Sin embargo, me he quitado las prevenciones a la hora de darme la oportunidad de compartir experiencias con gente que quizás ya admire y simplemente no reconozca en voz alta.

Me encontré con él por casualidad, casualidades creadas; como todas las de hoy en día con tantas opciones virtuales de conocerse. La contemporaneidad es de esas condiciones que aumentan valor en las relaciones y lo digo porque somos infinitamente opuestos, pero coincidimos en calendarios y encontramos la forma de extender las charlas por horas. Él, hincha de Nacional, yo del América; él adicto al café, yo no puedo ni olerlo; políticamente embebido, políticamente desinteresada; felino, canina; cine de terror, acción dramática. Así y todo, esas idas a tomar limonada y café, me conquistaron.

Es de los mejores amigos que tengo, no siempre presente, pero nunca faltante. Su intensidad, obsesión con las ideas y manías, como esa de tomar una taza de café con un vaso de agua, lo hacen un humano, pero libre de miedos, sin miedo a ser, sin miedo a estar con él únicamente. Su único miedo, está en la incapacidad de pensar y materializar sus ideas, perderse de las letras agrupadas en hojas de papel o no volver a darle vida a líricas que sus oídos no sepan escuchar.

No es de consejos directos, esos salen dentro de las conversaciones, inteligente y sagaz, pero cauteloso y reservado; nunca será el alma de la fiesta, pero ahí estará. Es amigo de sus amigos, por más cliché que se lea, a la gente se le ha olvidado qué es ser un amigo y afortunadamente él está para recordarlo. Me dijo que soy una de sus personas favoritas y para mí, eso es todo un halago, pues ser humano no es fácil y si adicionalmente se puede ser uno bueno: he logrado mi cometido.

Asados, comitivas, “baño en piscina”, planes comunes; porque somos gente común. Sí, lo admiro, principalmente porque su sencillez lo hace elegante. Quien no busca intencionalmente que la luz lo ilumine individualmente, se abre paso a ser protagonista. Admiro que sea el dueño de su vida, sus historias, sueños, ideas, fracasos, tropiezos, aciertos. Se hace responsable de cada cosa que le sucede sin buscar culpables fuera de él.

Hago parte de Proyecto 31 #P31, por su llamado y le agradezco considerarme. Gracias Miau, por haber llegado y haberte quedado, por habernos ido a “gasiosiar”. 

Las cosas que procuran permanencia en el corazón, sobreviven a la inestable memoria. 

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