28 de febrero de 2025

Una Semana (Decisiones)

 


Imagen tomada de: https://www.saatchiart.com/en-co/art/Painting-Cat-With-Rose/150107/128005/view 

Cat With Rose Painting By: Nikola Golubovski [Macedonia]


Esta semana ha sido bien particular, alejada de cualquier nota musical o tremenda prosaica cotidiana, intenté salvar el mundo pero recordé que primero debo de salvarme a mi.

Desde los grandes retos de una enemistad inculcada por un capricho de los dioses, hasta encuentros gratos con amigos que a la distancia poco se dejan ver, se ha vivido esta semana como una tregua, quizás.

Retos que en el afán de querer limpiar el sucio andar de los aventajados, se convierten en problemas de índole existencial, de sabernos humanos y demonios, de desesperarnos en la ignorancia de la solución: Queremos ser salvados, queremos ser verdugos, a veces incluso, se nos olvida querer.

Una semana que alcanzando a la inestable fiebre de marzo, me obligó a sentarme a callar. A escupir cuanta palabra obscena me tejiera el alma, reconocer en mi malestar el hilo rojo de un monstruo más grande que si dejo salir, no puedo corresponder.

Como todos los santos que deambulan en silencio entre paredes, fui observando el curso de todo aquello que tanto anhelo, encontrándome en aquellos ojos cafés donde el universo reposa como una bóveda de bonitas intenciones. En esa bóveda, segura y distante, donde se escuchan canciones y se acaricia una belleza magnética, una belleza que con luz propia danza en su esencia poética, en el verbo del olvido que este ingenuo soñador quiere aprender a recitar.

Fui observando el caminar de los que me aconsejan de buena fe, de amigos que como ángeles y Santos, aparecen de vez en vez para guiar mi escandalosa manera de exigir la verdad. Aquellos compañeros de oficina, de mesas de café y de bares de la noche, que se reúnen para halarme la paciencia y en su debilidad, sembrarme la nota musical necesaria.

Poder bajar en una octava tanta diatriba.

[Solloza]

Fui escuchando a quienes hace años estuvieron en mi Walkman, interpretar sus nuevas canciones, divertirnos en grata compañía con el deseo sublime de un buen comentario.

Una semana que nos permitió comer crispetas, tomar jugo de mandarina y un buen café especial. 

Entender que para salvar al mundo primero hay que conocerlo, comprender que para poder salvar al mundo, lo segundo que hay que hacer es merecerlo. Hacer lo posible para salvar al mundo, desde el local escenario de nuestra vida, una vida que está en compañía permanente, aún si no sabemos el nombre de todos los que caminan por allá, en la frontera entre el cansancio y el deseo.

Nos centramos en proyectos que contra el dios del tiempo, logramos cumplir, pero sufrimos, porque deseamos ganar.

Una semana en la que siempre nos espera un libro de Pablo Neruda y un beso con sabor a Chipotle.

AV 

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