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Es curioso ver cómo después de luchar contra la incertidumbre la inspiración haya decidido volver, encerrarse en vasos de agua y fugarse en hilos de humo azul. Interesante uno darse cuenta cómo desde el inicio de los espacios es que maullamos buscando a la luna para recibir inspiración y sólo encontramos desolación.
El aburrimiento nos hunde en letras inconclusas o sin sentido, nos deja sedientos de vida, nos expone en un latir de inquietudes y vacíos que la misma soledad comparte con los más desfavorecidos, hay días que parecen lunes todo el tiempo, la música en ocasiones se repite en constantes notas y termina siendo más una alarma o un timbre que una melodía de vida, un sabor a verano.
Abril se ha marchado, lo celebro con todo el ímpetu del mundo, me susurro en coincidencias de lo cotidiano y le cuestiono sus favores, es un mes que se fue y que no quiero que regrese, un mes con personalidad propia, distinto a las expectativas de enero o a las esperanzas de febrero, al cansancio de marzo o al desvelo del diciembre que ya no está. Abril es de cierto modo ese mes donde las oportunidades y las enseñanzas se envenenaron con los soliloquios del desespero, no fue precisamente el mes del amor ni el mes de la amistad, fue por el contrario el mes de la ingratitud y la nostálgica revolución.
Dándole significado a nuestras herencias, el escribir se me vuelve un modo de vida necesario que demanda esfuerzos y sueños, un acto de vida que nos perdona en lo más íntimo de la soledad, pero en lo más pronto del desespero es al mismo tiempo esa droga que calma a los olvidados, dibujando esperanzas y dolores en páginas blancas, sin importar sexo o dolor, sin ignorar revancha o derrota, el escribir re significa muchas veces los meses que en la vida pasamos en vano, para mi dolor abril me robó la inspiración.
En presencia de mayo vuelvo a escribir, pero no por casualidad ni por despecho, porque del despecho y las casualidades ya no quiero hablar, mucho dolor se estampó en solitarias caminatas. Ahora la escritura de mayo es para reivindicar solitarias emociones, para protestar por el hurto de abril, para vengar el dolor que mi propio ego no quiso curar, esa ira que los que dicen ser amigos no quisieron ablandar, esa locura que la música volvió ruido.
No quiero divagar con este quinto paso del año, pero tampoco me sentaré a especular entre silencios y recuerdos, lo importante es seguir ordenando las letras en etiquetas seguras y confiables, en corbatines de honestidad y gotas de buena voluntad. Fluidos externos de la vida que nos invitan a cantar y a danzar, disfrutar la lluvia y saborear el cansancio de un día bien vivido, de un sueño hecho ciudadanía.
A veces me siento solo, pero estoy entusiasmado en empezar a compartir mi soledad con nuevos soles y rojas sonrisas. Ángeles que se aparecen como obra de arte. Miro al sur y me recuerdo en letras pasadas, pienso en nuevas musas y siempre afirmo al recuerdo como mi musa preferida, como mi hermosa paleta de pintura, mi oleo para la vida.
Adiós querido abril que llegó Mayo para mejorar.
AV
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