17 de octubre de 2025

El Heredero. (La libertad)

 


Imagen tomada de: https://wallpapers.com/wallpapers/cats-in-space-1920-x-1080-hfydlm9pkkt67bbs.html

A Black Cat's Head In Space Wallpaper By: Vania-chetvergov.

V.

Harry Manuel nació en el año 1993 bajo una coqueta noche estrellada, augurio de nuevos tiempos en un país que aún celebraba el triunfo de la selección de fútbol nacional en Buenos Aires, Argentina. Cecania, en cambio nació en una fría mañana de invierno, esa delgada frontera entre el otoño de noviembre y el invierno de diciembre; se conocieron por chat en un milagro del universo o quizás en una trampa de aquellas que los ángeles y demonios suelen poner a los mortales, como un juego de azar.

Para el año 2023 Kaín sin entender nada, salía de la oficina y abajo en la avenida principal, adyacente al edificio que llevaba su apellido en la fachada, le esperaba un elegante caballero, el chofer de la familia.

Aquel mismo día, después de un almuerzo en compañía de sus padres Harriet caminaba en pantalones cortos y los pies descalzos por la casa, disfrutaba del intenso sol de una ciudad cualquiera en la provincia de Colombia.

Había iniciado una vida de tormentos en una fría familia de tradición alemana, su gusto por el ocultismo nació en una clase de teología, en el liceo. Allí con el cariño por lo mundano pudo abrir su mente a posibilidades infinitas de lo absurdo, tantas como la ambición por lo precario le permitiese advertir.

Desde su deseo por abandonar por siempre a sus padres hasta el anhelo de vivir en la desgracia de lo inverosímil, Cecania, ahora Harriet, encontró en la internet una fuente de consulta de múltiples trucos para hacer de su frivolidad un modo de vida más soportable.

Harry Manuel comenzó a perder interés en su familia y sus labores académicas, la intrascendencia de los días vividos era una carga de peso muerto en su espalda. Una vez culminados sus estudios, en los inicios de la década del diez pudo trabajar en pequeñas labores que su hermano Mauricio a bien le pudo brindar, a la final su vocación por vivir una vida diferente le había alejado del valor preciado de la familia, el tesoro que otro ansiaban tener.

Una vez culminada la transacción de deseos e intenciones Cecania pudo establecer en el cuerpo de Harry Manuel un sinnúmero de intenciones poco correctas, entre estas su desdén por el dinero y los lujos. Despertó coincidiendo la temporada con un proceso de ovulación heredado por los afanes del tiempo, recorrió la casa y encontró en el olvido de los soñadores la familia prometida, a cambio según sus cuentas, tenía para entregar a los amos del inframundo el alma de un ingrato fulano de tal.

Premiada con el silencio de los santos, Cecania pudo abrir portales que la ambición de los olvidados siempre contuvo en libros y breviarios que ahora, a disposición de todo en la internet, eran colecciones de frases aleatorias exclusivas para conocedores del más allá. Encontró a Harry Manuel en los foros de ciencia ficción, captó su atención con pequeñas recomendaciones, siempre con un nombre falso: Martha, Silvia, Patricia, Karen.

Se presentó como Cecania por vez primera cuando el pacto estaba escrito, un sumun de realidades yuxtapuestas en oraciones al bajo mundo. Durante aquellos momentos de incertidumbre astral, Harry Manuel seguía quejándose de su existencia sentado en el computador de su habitación, sin bañar, con el cabello largo y un renglón de improperios envidiando la vida de otros.

Kaín salió del edificio, se puso unos guantes de cuero negro y subiéndose al elegante automóvil se acomodó en el puesto trasero, ubicando la bufanda en sus manos. Durante el recorrido rumbo a su residencia observaba el paisaje, las vacías avenidas de Múnich en un tímido invierno que llegaba detrás. El silencio del trayecto le hizo encontrar en la nada la memoria que alguna vez le perteneció: Mamá.

Extrañado se acomodó en el asiento como quien busca una salida en medio de la mente, bajó un poco el vidrio de la ventana y con el frío aire que surcaba sus narices algo de juventud invadió su memoria. La melancolía de lo no vivido lo perseguía desde días atrás.

Harry Manuel siempre quiso conocer la nieve, y ese sentimiento pesaba en el pecho de Kaín, pero nada le daba claridad del porqué aquel ataque de melancolía. Cerca de Baja Baviera, a unos minutos de entrar a la zona residencial de su familia pidió a su chofer, con la amabilidad de los abandonados, parar en una esquina. Se bajó del carro y tomó un poco de nieve sus manos desnudas, para entonces el frío no era tema de interés en su madura irreverencia.

El chofer le observaba desde adentro del vehículo sin entender qué ocurría con el heredero de la familia Klatten, un prestigioso ingeniero de la nación. Kaín tomando un poco de nieve en sus manos recordó por un segundo que su verdadero nombre era Harry Manuel, que había crecido en el Colombia y que sus padres se llamaban Jairo y Marcela, que su jugo favorito era el de Lulo y su plato de preferencia la chuleta valluna.

Con el crujir de las páginas viejas de la vida, sonó de golpe cómo un inmenso árbol caía, justo sobre la espalda cansada de un hombre que sufría la melancolía de dos vidas.

Horas más tarde las noticias locales daban el reporte de los hechos de último momento:

La policía de Baja Baviera, una región al noroeste de Múnich, informó que respondió a 350 incidentes relacionados con nieve y hielo entre el viernes por la noche y el sábado temprano, algunos de los cuales causaron heridas leves y moderadas (…) los árboles caídos dejaron a <<muchos miles>> de personas sin electricidad en todo el estado federado de Baviera, indicó a DPA la empresa de servicios públicos Bayernwerk”.

En Colombia a esa misma hora, Harriet almorzaba en compañía de sus padres que sin entender ni recordar nada, daban gracias a la vida y a cada uno de sus dioses por permitirle desayunar en familia. Brindaron dando gracias por estar juntos, se tomaron las manos y pidieron a cada uno de sus santos, les librara de todo mal.

Cecania, por primera vez se sintió libre.

AV.

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