Imagen tomada de: https://www.deviantart.com/brinymarin/art/Fog-Cat-565617786
Fog Cat by BrinyMarin (2015)
En marzo de 2008 comencé a relatar de manera jocosa pero superficial, el brote de mi primera cana y con ella, di mención por los lados a un tema que ya me tentaba querer resurgir, algo maldito.
Para el mes de abril de ese mismo
año (más como rutina que como novedad) me quejaba del ejercicio
del escritor y en esa queja,
nuevamente mentaba por así decirlo, al libro maldito. En febrero de 2015 me
senté a insinuar un escrito sobre ese tema que por muchos años dejé que fuera
de autocensura. Surgió un primer post que a pesar de su joven redacción expresaba un suceso
paranormal que me ocurrió y que en consecuencia me desató en la memoria, lo
ocurrido en el 2001.
Para el mes de julio de 2015 proseguí con otro
escrito, quizás más formal
dónde relataba los adornos que siempre me han teñido de rojo el amor por la
escritura. Sin embargo daba más giros sobre la misma baldosa que en relatar
aquello que en mis entrañas había parido. Hablar del tema ha sido esquivo.
Hablemos:
El “Soñar de los Caminantes” surge
en el año 2000 como un cuento libre hecho a mano y en una calurosa tarde de
agosto. Estaba en furor la convocatoria del concurso nacional de cuento y a esa convocatoria es que se escribió “El Olvido de un alma”, relato virgen de un moribundo que perece en casa y sus
familiares años más tarde, aún retoñando su ausencia deciden mudarse a otro
domicilio, siendo esta alma atrapada en un mobiliario que ya no le
pertenecería. Ahí empezaría la historia de quien sería mi antagónico durante
años.
Después de participar del encuentro
nacional de escritores jóvenes en Medellín (Colombia) la historia tomó forma y
nació un capítulo más formal, luego un segundo capítulo
(cada capítulo realmente era un cuento completo) para el año 2001 tenía una
trilogía escrita y a satisfacción del autor, culminada.
Mi antagónico perecía en letras
cotidianas.
Fue al momento de abrir vuelo en el
año 2001 que una serie de sucesos paranormales comenzaron a tener conexión con
mi capacidad de escritura. Mi quehacer literario, mi precoz aventura del mundo,
mis lecturas de medianoche de obras no tan santas, incluso, mi devoción al
ocultismo fueron un coctel molotov de energías que se cruzaron hasta dar vida a
algo.
Alguien.
Fue en el apogeo de la licenciatura
en ese año que nacería un capítulo 4, de esa narración tendría como producto
una dualidad del bien contra el mal donde el mal tendría una base de reflexión
filosófica y el bien, una de estructura moral. De esa dualidad se desprenderían
personajes inspirados en un mediocre plagio del relato de la divina comedia,
pero con el impulso de una fe desvanecida que desconocería todo aquello llamado
vida.
Para el año 2002 estaría escrito el
capítulo 5, como una especie de precuela de lo ocurrido con el personaje en
aquella casa abandonada, de aquella historia escrita en 2000 y que para entonces
estaba en el climax de… ¿una maldición?
Los manuscritos originales fueron
destruidos por una pataleta que hice al terminarse el capítulo 3, preciso antes
de viajar a Bogotá. El disco duro del computador fue formateado por iniciativa
de mi padre quien nunca me consultó para hacerlo y claro, toda la
información se perdió (Otra pataleta). Pero para el año 2002
estaban en una caja de cartón los manuscritos impresos y en el disco duro (que estaba formateado)
el archivo original así, casual, sin nada que cuestionar.
En el año 2003 cuando regresé a la ciudad de Cali para una nueva temporada de cambios, me traje en pecho y espalda el terror de haberme enfrentado a unos seres que no sabía que existían.
Durante el actual año 2022, escuchando los podcast de varios periodistas
versados vine a entender que mucho de lo que viví no era tan particular sino
mas bien, algo tan corriente que existen logias y dogmas especializados en ayudar
a quienes sufrieran de esas visitas.
En el año 2005 escribí un borrador
del capítulo 6 aun estando en la ciudad de Cali y sin poner en duda lo vivido,
entendí que allí había algo.
Algo que hoy duerme [conmigo].
AV
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