11 de julio de 2017

Al Comenzar la Mañana (Mucho por Andar)



"Going to Work" By: Joy Campbell.


Pasa la vida y el tiempo no se queda quieto, llega el silencio y consigo trae el frío y la soledad. 

Es una mañana nublada, con poca luz y mucha niebla. Lucía ha madrugado a causa de un mal sueño, se acomoda en la entrada de la casa a ver el sol salir y suspira un poco en coquetería con el frío viento que llega del norte, se sumerge en un juguetón piropo con la soledad.

Se cuestiona sueños viejos y nuevos, deja caer una bocanada de nostalgia y observando el valle se pregunta a sí misma: “¿Y en qué lugar anidare mis sueños nuevos?”, suspira nuevamente y se sirve una taza de café recién colado. Se queda de pie junto a la entrada de la casa, pensando una y otra vez, “¿quién me dará una mano al despertar?” Se sentía frágil.

Quizás el saber de la pronta llegada de Mario le daba malestar, o el imaginar la posibilidad de  una vida feliz para su hermana María le diera más envidia que dicha, de seguro de allí radicaría su amargura, o su exacerbada nostalgia.

Volver a empezar es importante para todos, en especial cuando el juego de la vida sigue en curso, no dejar apagar el fuego que se consume dentro del alma, ni dejar que el alma se convierta en un adorno más de la casa. Lucía tenía claro que debía de continuar sonriente, ser consciente que cada mañana es un nuevo día bajo el sol del valle y que allí precisamente, es donde reza eso que llama hogar.

Sentía un poco de aburrimiento en su estar, no era claro si se tratase de María y su situación sentimental con Mario, o si se tratase más bien de una nostalgia que ha comido de las galletas del pasado abriendo heridas donde antes hubo anhelos.

Se fueron los aplausos de un pasado festivo y algunos recuerdos de Lucía solían viajar en el eco de la gloria. De esa bulliciosa emoción de crecimiento profesional.

Con toda la claridad del día que comenzaba, se detuvo a ver el valle iluminarse lentamente con el sol que despejaba la niebla, pensó en lo joven que es su hermana María y se dijo a sí misma como un murmullo que suplica perdón: “Yo seguiré adelante atravesando miedos mientras ella seguirá en pie construyendo sus miedos propios”, suspiró, para luego cerrar: “Sabrá Dios cuándo sea el momento para volver a empezar”.

Si se tratase pues de volver a empezar, bien tendría entonces que salir de casa y dar esos pasos hasta las calles de su ciudad, dejarse recorrer el alma en un juego que aun sigue en curso y encender la feroz llama de su alma, ahora bien, Lucía no era precisamente ese tipo de mujeres fuertes que sirven de musa a los intelectuales y bohemios de la nación, quizás de allí su malestar con la relación de su hermana María Isabel y Mario.

Queda mucho por andar en los caminos de la vida, mucho pasado por corregir y mucha verborrea  por distribuir en reuniones familiares, lo más importante, organizar la casa para la llegada de Mario, quién sabrá qué clase de huracán será su presencia en el andar de María.

Mañana será un nuevo día bajo el sol, eso está claro para Lucía, pero el hoy es hoy y el sol apenas se asoma por el valle, así que entró a la casa dejando su taza de café en la mesa de comedor, se dirigiría a despertar a María para comenzar a arreglar casa y cocina.

“Son casi las siete de la mañana y queda mucho por andar” Se dijo a sí misma, no había nada más que refutarse, “Sabrá Dios cuándo sea el momento para volver a empezar” susurraba mientras caminaba al cuarto de televisión a despertar a María Isabel.

¿Qué le pasaba a Lucía?


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De la Serie: Canciones de Amor y Otros Demonios.
Adaptación Libre de la obra: Volver a Empezar (1997) [Volver a Empezar]
Compositor: Alejandro Lerner.


AV

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