24 de mayo de 2010

Canciones de Amistad


Justificar a ambos lados

Imagen Tomada de: http://www.flickr.com/photos/53782220@N00/48128072
I wish I could Relax like Pino.
Galería de Mattijn

Claramente he aprendido con estos días de placer y perversidad identificar los caminos que el mundo dibuja en paredes imaginarias. Las personas llegan a nuestras vidas en momentos específicos, quizás sean amigos del pasado, conocidos o “distinguidos” de otros momentos que regresaron de forma casual para una causa particular; del mismo modo otros deben marcharse o evitarse después de un largo tiempo-espacio que la vida considera se ha vencido en su totalidad.

No comprendo a la perfección ese tipo de situaciones en las que la vida preside nuestras coincidencias. Canciones de amor, rock del corazón. Vivencias frente al miedo y pasiones de jóvenes desesperados. Libertad que se mezcla con honestidad e incertidumbre. Cada día que llega trae su propia canción y nos deja leer a su modo las acciones que se ofrecen de verdadero corazón. Primero se inventó la rutina y con ella llegaron las costumbres, los principios morales y las razones para verse con esos personajes que uno quiere de manera unilateral.


Con el paso de los soles la casualidad hizo presencia y me arrebató a esos seres que bien me aconsejaban o cuestionaban cuando se lo pedía, así fuese que de manera directa no lo hiciera. Con la partida de estos aparecieron en mi camino otros que ya estaban en la prensa del día anterior.

Justamente los que se desaparecían de mi tienda eran aquellos que bien me asesoraron en temas del corazón y del consorte de la cotidianidad, ahora el turno lo asumía la academia y el desarrollo profesional, y buenos amigos que me trajo la vida para conversar y salir de dudas, porque en la política y en la cotidianidad las dudas comenzaban a hacer estragos con mi tiempo y mis proyecciones.

Sin querer ofender el trago servido en la mesa esos personajes se desaparecieron de mi rutina, al igual que los anteriores, los busqué, les llamé e inclusive les extendí invitaciones interesantes pero la rutina de éstos y las valoraciones de lo importante siempre obstruían dicha capacidad de reencuentro, reencuentro que se de manera cíclica ha alejado de mi vida a cada individuo que ha cumplido su función específica.
Otros se conservan en la nómina base, porque en este orden de ideas y bajo el mismo discurso su función en la vida será estar a mi lado aportando cada uno ese algo que aún se desconoce, de mi parte, también esos aportes los he cumplido con todos aquellos que de cerca me han conocido.

Pero al igual que en mi caso, me he alejado – sea de manera voluntaria o no – de esos seres permitiéndonos volvernos a encontrar en condiciones diversas y distintas a las originales con que nos conocimos.
Muchas palabras han sido interpretadas en espejos y en canciones, en emisoras y cuentos, en pinturas y fotografías.

Seres que se han marchado de mi vida con el propósito de darme lecciones desde la distancia o quizás desde el mismo anonimato, otros, que con los errores más grosos he tenido que desterrar bajo el principio de supervivencia, bajo los preceptos del auto-cuidado y con la conciencia del daño que estaban causando en mí, porque hasta las canciones más desesperantes han sido silenciadas en grandes reflexiones y realizaciones personales.


Cada día llega con su propia canción y cada amigo llega con su propia función. Cada escenario se dibuja con su propio esquema y es precisamente dicho esquema el que nos traza la línea invisible de la vida donde distinguimos lo cotidiano y rutinario con lo casual y divino.

Muchas canciones me han llevado al altar de la amistad, inclusive el silencio mismo se ha propagado por la llanura para buscar a aquel caminante que dejó de soñar, o para buscar aquella carta que no se escribió. No se trata de extrañar a los que se fueron sino aprender de lo que nos dejaron, aprender a distinguir que a veces la única función de algunos es la de conectar puntos o iniciar recorridos, la de señalizarnos el trayecto o darnos la mano bajo algún trecho inclinado.


No imaginamos cuando es la canción perfecta la que nos despide o nos da la bienvenida, no imaginamos cuando el tiempo aumenta y las tareas se cumplen, no imaginamos nunca la capacidad de cambio e influencia que podemos tener en los otros y que esos otros puedan tener para con nosotros.

No imaginamos nunca el paso de la casualidad en cada canción.

AV

No hay comentarios.: