10 de noviembre de 2008

Exageraciones



Exageraciones, vacilaciones, historias e historietas. Nudos en la garganta, saliva que incomoda y pensamientos que nos empuja a lo cotidiano, situaciones que nos decepcionan o nos enaltecen, que nos llevan en el ritmo indeterminado de las decisiones, impulsos al fin y al cabo. Conservamos nuestros vestidos y nuestras fotografías, estampamos en la memoria tatuajes que sirven de evidencia para un recuerdo desapercibido, para vacilaciones amargas con nombres propios, nos enfrentamos en el silencio y como gotas de agua aguantamos el desespero del tiempo perdido, caemos en lo profundo de nuestras palabras y las mezclamos con canciones.

Han pasado ya pocos días desde el último esfuerzo, sin mirar atrás este año para mí ha terminado, sin embargo se siente esa adrenalina que se queda en las esquinas, se siente el desespero de días pasados, se mezcla la mensualidad del esfuerzo con el insomnio del pensamiento, se juega ahora en la inactividad del arte, la insatisfacción quizás de lo mentado, ese tabernáculo de emociones que dejamos más lejos de la Atalaya, de la inconsciencia y la merienda, silbidos de pasión que se dilatan en la oscuridad, como la melodía de una canción de tiempos lejanos que ha regresado a la moda de la radio, recetas y jarabes, juegos y esfuerzos, videos y fotografías, ojos que miran en la discordia.

Noche tras noche llegó noviembre y se fue, se quedó con el cansancio de octubre, la inseguridad de septiembre, el esfuerzo de agosto, la calma de julio y el descuido de junio. Mes a mes nos dividimos en funciones y maromas que terminan en actos de fe, de esas creencias que superan la capacidad de amar o aguantar, de caminar a ritmos incondicionales y ajenos, agüeros para trabajar y espejismos para descansar, ensimismados en las rondas del trabajo le damos a la mística un poco de ciencia y a la ciencia un poco de fe.

El arte, ese juego de clases que no tiene término medio, la cultura: ese juego de conceptos que no tiene matices, la fe: esa palabra de antónimos desconocidos o poco pronunciados. Todos envueltos en esfuerzos y exageraciones que terminaron en vacilaciones, en rencores y en perdones, en juegos culturales que dan miradas profundas a las ideas del grupo, del colectivo que se sienta a pensar.

Con argumentos y pasatiempos mezclamos las emociones, las evidenciamos y le damos prensa a los deseos, materializamos los sueños en documentos oficiales, oficializamos los esfuerzos en razones sociales, le damos a la cultura esas exageraciones que el arte le da a los artistas, esas concepciones de lo social que lo territorial marca en el papel.

Finalmente no son más que noticias de lo cotidiano.

AV.

1 comentario:

Anónimo dijo...

recuento de la semana?

dime hubo final feliz?