Con los minutos justos para empezar a comunicarme con esos amigos que en estos caminos me permiten pensar, sin las ideas necesarias para averiguar el origen de este caos, ajustandome a la comodidad del tiempo perdido y por perder para echarme en una cama e ignorar que el mundo existe.
A veces el querer mata, es ahí cuando los suicidas comienzan a escribir cartas y a dar consejos, cuando las noticias se nos salen de las manos y nos construyen una nueva cotidianidad, nos sumerge en vasos de leche sin pan, en platos fuertes y platos ácidos. Apenas comienza una buena temporada de escritos y rayones llenos de amor y letanias del cuerpo.
¿Por qué será que cuando se sufre se gana inspiración?, Le huyo a la música esperando encontrar en el silencio esas etiquetas de olvido y anestecia que solicita mi piel, aun así me entiendo a cuotas a mal iterpretar mis escritos o mal entender mis ideas, mis monólogos se vuelven en historias lentas y fraudulentas, de amor y pasión,de sangre púrpura que baja por la meseta, de ideas jóvenes que quieren cambiar al mundo en un depresivo estado del ser, de muchas cosas absurdas y no tan absurdas que vemos en la calle y que traducimos en coincidencias o calumnias.
De todos modos ésta apenas es la primera de muchas cartas o posts con contenido tragicómico, como siempre, el dulce no es mi fuerte.
AV
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