7 de diciembre de 2008

Por Así Decirlo


La Imagen es tomada de: https://www.allposters.co.uk/-sp/Cat-in-the-Stairs-Posters_i2548291_.htm


Aquí sentado comiendo carne frita y arroz, escuchando Rey Ruíz y viendo por la ventana la pólvora quemarse mientras las velas se besan en su danza de descomposición unas a otras, mi deseo por fumarme un cigarrillo se cierra en mis labios y no cruza esa frontera del pensamiento a la omisión, pues tengo prohibido fumar en la sala.

Caída la noche los gatos juegan en el jardín con los faroles que mi madre he ubicado para la ocasión, vecinos y descuidados caminan con cara de asombro o reprobación mientras observan el alumbrado que decora cada casa, cada diseño brilla por su elegancia o falta de estética, para bien o para mal solo un listón de velas se deja vacilar con el silencio de los pasajeros vecinos. Aquí sentado solo y aburrido, comiendo carne y pensando en una cerveza busco mi aguapanela de confianza y me acerco al televisor, es domingo, no hay nada novedoso que ver.

Me siento en mi PC y abro mi página de inicio, doy vueltas por Google, miro algunas cosas en youtube, me río un rato con este video y termino regresando al Messenger; Nadie habla nadie escribe, todo pasa y nadie insinúa salidas o falsos positivos, todo es callado en un ambiente virtual propio de la soledad.

Mañana es día feriado, mañana no se trabaja, se duerme hasta las doce.
Encuentro en el servicio de mensajería de Microsoft a una de mis amigas del sur, conversamos un rato intercambiando comportamientos y costumbres de cada una de nuestras culturas, concluíamos en la adicción por el licor de los días feriados, del desocupe que las noches como estas generan en seres como nosotros, ella en Buenos Aires yo en Santiago de Cali, ella sola y sin licor, yo solo y sin licor, ella es media noche, yo soy ocho de la noche.

El ambiente folclórico de Vicente Fernández irrumpe en la zona, se escuchan canciones y melodiosas voces entonar vivencias latinoamericanas, las estrellas no están y la pólvora arranca vuelo a buscarlas, digo en mis adentros mientras veo a mi padre tomar su whisky y a mi madre jugar con sus faroles la necesidad de salir a correr y beberme la vida en una noche, simplemente regreso a mis inicios y buscando a Julieta encuentro a mis vecinitos jugando con chispitas mariposas, este incidente como otros muchos me dieron entonces esa voluntad de detener mis actividades y concentrarme en mis necesidades.

Oficialmente doy la bienvenida a diciembre y sus costumbres latinoamericanas, una cotidianidad que nos abunda en el abuso de confianza y en la confianza de los vicios. Muero por natilla y empanadas, no se imaginan el antojo tan felino que me acorrala, esperemos podamos disfrutarlo con el pasar de los días y las ocasiones.

Llego diciembre y Don gato se queda su casa, bienvenido sea pues este mes y todas sus costumbres latinoamericanas, una cotidianidad que nos inunda de expresiones y expresionismos, de bebidas y motivos, de calles y pensamientos.


Diciembre al fin y al cabo… Feliz día de las velitas.


AV

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