Imagen Tomada de: http://antoncastro.blogia.com/upload/20071231010521-erwitt-con-nino-y-gato.jpg
Es increíble ver como canciones tan superficiales nos recuerdan momentos tan profundos, nos llevan en un viaje de nostalgia que en la mayoría de los casos termina con el nombre de alguien que extrañamos o de algún suceso que ha quedado trancado en nuestra puerta. Momentos de nuestra vida que se recuerdan más por su banda sonora que por los hechos que le suceden, no me refiero por supuestos a momentos rosas como un beso, un amor o una navidad; No hago alusión alguna a vacaciones o viajes, porque para todo tenemos tema musical.
Digamos que son momentos más superficiales como el comerse un helado, montarse a un bus, tomarse un vaso de jugo o simplemente el estar caminando por la calle y chocarse con la cotidianidad de una canción, a veces, canciones que se encuentran en una moda comercial bastante influyente, o el breviario de canciones demasiado bizarras pero que estaban presentes en aquel hecho plano de nuestro momento determinado. Seguimos ese viaje de la memoria que nos lleva a vagar por espasmos mentales, esas canciones que inclusive sólo llegamos a escuchar una vez en la vida y se quedó impregnada en nuestro cráneo en ese instante, instante que jamás se volvió a repetir.
Hay canciones tristes que nos recuerdan despedidas, fallecimientos, enfermedades o momentos incómodos que invocan a nuestro pudor y nuestra cobardía. Canciones que se relacionan con materiales como un maletín o un cuaderno, un escritorio o alguna prenda de vestir.
Situaciones semejantes hemos reseñado en nuestro diario vivir cuando adrede damos sentido a melodías sacadas de la radio, bajadas de internet o escuchadas en un Bus, pero esas situaciones no aplican, porque bien lo hemos mencionado, son situaciones a las que de manera dolosa le damos banda sonora, inclusive, existen canciones que nacieron para ser dedicadas o para acompañar fiestas, espectáculos, despedidas, relaciones sexuales, depresiones, etc, etc.
Películas, Series de Televisión o rondas infantiles fueron acompañadas de grandes éxitos de temporada, pero quién no recuerda una tarde de juegos en la infancia acompañada de una soledad propia de la niñez con banda sonora incluida, para nosotros, los hijos de los 80s y los adolescentes de los 90s podemos dar testimonio de la música para planchar o balada romántica como fuente de inspiración en vacaciones o viajes a la cocina.
Para aquellos momentos de relaciones sociales propios de la pubertad y el descubrimiento del intelecto humano, nos regalaron canciones para cada ocasión, sin importar el género musical o la voz del artista, todo tenía un sentido.
Hay Nostalgias que nos dan melancolía, otras que nos dan ira, algunas en su mayoría nos arrebatan una carcajada o nos golpean con las lágrimas de la ingratitud.
Desde la superficialidad de las vacaciones, hasta el tedio de la rutina, marcamos siempre un ritmo con la planta del pie y los dedos índice de cada mano golpeando una mesa como seña de ritmo y autocontrol, sin saber el por qué, batallamos contra géneros musicales que no nos agradan pero que se encierran en nuestra nublada conciencia.
Tal vez sea momento de escuchar nuestra banda sonora en la superficialidad del silencio.
AV
Digamos que son momentos más superficiales como el comerse un helado, montarse a un bus, tomarse un vaso de jugo o simplemente el estar caminando por la calle y chocarse con la cotidianidad de una canción, a veces, canciones que se encuentran en una moda comercial bastante influyente, o el breviario de canciones demasiado bizarras pero que estaban presentes en aquel hecho plano de nuestro momento determinado. Seguimos ese viaje de la memoria que nos lleva a vagar por espasmos mentales, esas canciones que inclusive sólo llegamos a escuchar una vez en la vida y se quedó impregnada en nuestro cráneo en ese instante, instante que jamás se volvió a repetir.
Hay canciones tristes que nos recuerdan despedidas, fallecimientos, enfermedades o momentos incómodos que invocan a nuestro pudor y nuestra cobardía. Canciones que se relacionan con materiales como un maletín o un cuaderno, un escritorio o alguna prenda de vestir.
Situaciones semejantes hemos reseñado en nuestro diario vivir cuando adrede damos sentido a melodías sacadas de la radio, bajadas de internet o escuchadas en un Bus, pero esas situaciones no aplican, porque bien lo hemos mencionado, son situaciones a las que de manera dolosa le damos banda sonora, inclusive, existen canciones que nacieron para ser dedicadas o para acompañar fiestas, espectáculos, despedidas, relaciones sexuales, depresiones, etc, etc.
Películas, Series de Televisión o rondas infantiles fueron acompañadas de grandes éxitos de temporada, pero quién no recuerda una tarde de juegos en la infancia acompañada de una soledad propia de la niñez con banda sonora incluida, para nosotros, los hijos de los 80s y los adolescentes de los 90s podemos dar testimonio de la música para planchar o balada romántica como fuente de inspiración en vacaciones o viajes a la cocina.
Para aquellos momentos de relaciones sociales propios de la pubertad y el descubrimiento del intelecto humano, nos regalaron canciones para cada ocasión, sin importar el género musical o la voz del artista, todo tenía un sentido.
Hay Nostalgias que nos dan melancolía, otras que nos dan ira, algunas en su mayoría nos arrebatan una carcajada o nos golpean con las lágrimas de la ingratitud.
Desde la superficialidad de las vacaciones, hasta el tedio de la rutina, marcamos siempre un ritmo con la planta del pie y los dedos índice de cada mano golpeando una mesa como seña de ritmo y autocontrol, sin saber el por qué, batallamos contra géneros musicales que no nos agradan pero que se encierran en nuestra nublada conciencia.
Tal vez sea momento de escuchar nuestra banda sonora en la superficialidad del silencio.
AV
5 comentarios:
Esas canciones que se adhirieron a nuestro inconciente yo las llamo, ese placer culpable, porque es placentero escucharlas y recordar esas epocas y definitivamente te las sabes...!!! que es lo peor, y llegan hasta ser colectivas, porque mucha gente se identifica con esa epoca también y esa música.
En mi caso particular, tengo música específica que me recuerda ciertos libros, porque la escuchaba mientras lo leía y hoy cuando la escucha me transporta a esas lineas.
Yo creo que por eso soy melomana, y de tan amplia gama, porque la música tiene el poder de transportarme y llevarme a esos otros mundos, espacios y tiempos, y yo me dejo llevar, claro.
Un abrazo,
Calila
Me Llevas ?
Bueno, aunque soy melomano debo decir que mi nostalgia esta sepultada, al lado de la melancolia y bien cerca de la lastima...
Para mi es algo diferente, es toda una experiencia, pero mi memoria no funciona asi, o al menos no muy a menudo, de hecho solo me pasa con una, con una sola canción; mi banda sonora, no tengo tal cosa...
o a lo mejor sea el silencio; sin embargo les propongo un listadito de 20 canciones y que les hacen pensar en cada uno de los Blogs, a ver que pasa, y en los comments a ver si nos cconcuerdan los recuerdos...
O no me pongan cuidado, tal vez solo estoy aburrido, mi propia nostalgia que no tiene tonada...
Bueno , creo que en ese sentido mi Listado está en la columna derecha del Blog en la sección MIS 24. Allí está el listado de las 24 canciones más significativas de mi vida ;)
AV
d'oh
Publicar un comentario