11 de enero de 2011

Regresando



En realidad regresar a mis escritos con un aire musical como batería de fondo me da cierto suspiro de que me encuentro de nuevo en casa. Con mis cigarrillos de regreso y mi dosis justa de aguapanela me dispongo a dar libertad a mi pensamiento y a mis letras muy lejos de lo que quizás fue un tedio intelectualmente hablando, muy sano y bien merecido.

Los tiempos siguen su curso aun cuando nos encontramos en un nuevo año y bajo los agüeros de muchos creemos que va a ser distinto que el anterior. En cierto sentido sí será distinto al anterior y no solo por la fecha sino, porque las cosas las forjamos con nuestro propio andar y le damos lo que pensamos es la dosis justa de sentido a cada cosa que emprendemos. Sin embargo, este seguirá siendo la continuación de los días. Seguirá siendo el mismo plano terrenal con las obligaciones pendientes de meses previos, con las necesidades vigentes de días pasados, las deudas de decisiones desafortunadas y una que otra oportunidad de triunfo, para todo en especial la música, los años pasaran como siempre lo han hecho, con calma y dando espacio para cada sonido ambulante.

Nos da alegría encontrarnos de nuevo con aquellos que no vemos desde uno o dos meses, o algunos con un par de semanas. A otros ya no los volveremos a ver, hemos decido no verles y nos encontramos con la paz de saber que es una sabia decisión, oportuna y con secuelas interesantes. Otros ya no podemos verlos porque han decidió partir lejos, otros se los ha llevado la vida, se los ha llevado a donde nos escuchan pero no les escuchamos.

Con bolsas plásticas, cajas de cartón, cestos de basura y muchos motivos empacamos cosas que ya no nos sirven, hacemos esa limpieza que se debe sanamente hacer con mayor frecuencia pero que procrastinamos por el lujo de no hacer nada. Redactamos cartas de agradecimiento, realizamos llamadas y saludamos a los vecinos, retomamos nuestra rutina y damos un golpe de suerte a nuestros motivos para reiniciar labores con la mejor de las suertes, la mejor de las compañías y la mejor de las excusas.

Regresamos a nuestra tradicional siesta de fin de semana, a ver nuestros programas de televisión favoritos y a leer aquellas notas que siempre nos parecen oportunas. Nos enfermamos, nos dejamos invitar a una copa y correr por las calles de la ciudad, a besar a nuestros seres queridos y a ver esas películas que nunca nos cansamos de apreciar.

Un año nuevo con semanas encima se da cabida para un diario de artilugios, de detalles que conservamos en el bolsillo de la chaqueta, los envolvemos en sonrisas y damos remedio a todas las quejas que podamos anular en veces repetidas de excusas de años anteriores. Por supuesto, miramos con nostalgia la partida de esos bellos recuerdos y los mentamos en reuniones sociales. Todo con el propósito de darle al absurdo un lugar de honor en nuestra cotidianidad.

Un año nuevo que inicia y un reguero de momentos que se acomodan en fila india para ser vividos, experiencias que se deben esclavizar mundos paralelos, darnos espacio para todo, darnos una plegaria en este cuerpo de débiles aforismos, darnos todo para recordar.

Nos esperan muchas notas sin cantar.

AV

2 comentarios:

Inés dijo...

Me gusta tu regreso Coso ;)

Anónimo dijo...

Que bueno tenerte de vuelta!!!..
un feliz año para ti!!!