26 de agosto de 2010

Observaciones



Imagen sin referencia de Derechos

Es como tomar un mazo de naipes, barajarlo sin proponerse algún juego en particular, mantener las manos ocupadas mientras se mira por la ventana esos días que ya han partido, estirar las piernas de modo que la punta de los tenis se pueda observar en el borde de la ventana, suspirar a la tarde que cae y sumirse en un cuento o alguna historieta del pasado.

Es curioso el proceso personal para empezar a escribir, no niego que últimamente me ha dado mucha pereza, inclusive mi resistencia ha sido más física que intelectual, he preferido dar ese giro a la superficialidad y callar en el anonimato de una nueva cotidianidad. Referirme en la soledad como una consejera y caminar a paso de siervo. Muchos son por el momento los comentarios o temas de discusión que bien pueden alimentar este blog, las ideas no me han faltado, las motivaciones se han canalizado mejor en el cine que en el acto literario de contar anécdotas o titulares.

Sentirnos bajo el sosiego de los días y darle al tiempo un lugar predilecto en cada punto de partido, dejarme cobijar en un inmenso halo de luz, esperar como cualquier desconocido esa llamada o esa oportunidad para cortar de raíz esa energía pesada y dar de nuevo ese vuelo que como bien lo conversaba días atrás, me urge alzar al mejor estilo del ave fénix, resurgir en unas cenizas que seguramente el mismo viento se llevará en donación a un pasado lleno de fotografías experimentales y canciones inmortales.

Ahora no se trata de banda sonora en mis actos importantes, inclusive y ni siquiera le he dado cancionero a lo que antes era prioritario dar, ya ni para escribir he preferido la música. El arte de la contemplación ha llegado a su final, queda pendiente la tarea de subirme al bus de la reflexión, por el momento es ser un sujeto ciudadano de emociones y oraciones. Ser un naipe extraviado en una baraja que no se ha repartido para jugar, mas bien, ser un obstáculo para el observador que todos llevamos dentro, ser un nuevo creyente de las casualidades, ser un gestor de oportunidades, ser un pasajero sin itinerario.

Grandes amigos han desaparecido en esta temporada, quizás están ocupados con sus asuntos, o pueda que mis asuntos no sean de su interés; las vivencias de un par de cercanos compañeros ahora se fundan en mis intenciones de colaborar y dejarme ayudar, es curioso, pero hasta la crónica más obtusa de todas lleva una necesidad infundada, en mi caso, mi cotidianidad ahora es un juego de palabras que se refieren más a una noticia o a un reportaje que a una reflexión literaria, pueda que mis letras en este momento lleven como parada final a una reflexión precedido por un suspiro frío y calculador, pero en receptiva a los hechos el ligero equipaje solo se ha cargado de pequeños actos de fe.

Importantes viajes se avecinan, importantes responsabilidades retornan al sonajero, lo que cambia en este caso es la manera de mirar y observar, de dejarse ver y apreciar con cautela esas manías que como costumbre, solemos imprimirle a nuestras ansiedades. Escribir para leer es casi tan contradictorio que cocinar para guardar, servirnos de apoyo a nosotros mismos en facetas que ni el más íntimo de los amigos conoce.

Ser un caminante lleno de direcciones y nomenclaturas, ser una libreta de apuntes para el transeúnte que por casualidad ha decidido transformarse en peatón, ser protagonista de noches de cerveza, de tardes de Café y mañanas de Jugo de naranja.

Ser un observador que quiere ser observado.

AV

2 comentarios:

Anónimo dijo...

"Escribir para leer es casi tan contradictorio que cocinar para guardar"....!!!!

Extrañaba leerte.... me quedo muda al sentirte tan solitario.... =D... en ocasiones la personas carecen de tiempo para escuchar nuestros acontecimientos ... o es cierto como lo dices tu.. quizá no les interesa lo que nos esta pasando...
Un abrazoooo

Femenino7 dijo...

hola recibe un cordial saludo del Colectivo Femenino Sagrado seguimos atentas a tu blogger y tus curiosas imagenes felinas :)