13 de noviembre de 2010

Journey



Imagen Tomada de: http://1x.com/

"On The Roof" By: © MadalinMarienut

Sentir la brisa que viaja, sentir esas voces que el viento ha alejado de nuestra conciencia, despedirlas con el mismo sonsonete con que contábamos estrellas en un café de la ciudad. Imaginarnos un mundo mejor, un lugar donde la Fe no sea un acto de contrición sino un acto de resurrección; recordar viejos amigos que han partido por la más forzosa y cobarde acción de un pobre mortal, llorar por siempre a los que con su fe nos dejaron recuerdos y estrofas, decirlo bienvenido al mundo del mañana.

Prepararnos para retomar el sendero de los recuerdos, sembrar en ellos lo bueno y lo malo, asumir las culpas de una espiral de palabras perdidas, de miradas que se han recogido en el camino, de personajes que nos han dejado huella aun cuando en las cicatrices solo buscamos perdón. Besarnos en una noche de lluvia, por siempre, fielmente, rememorando lo que otras amistades nos enseñaron, lo que la complicidad pudo obsequiarnos, aquello que cultivos de algodón pudo explicarnos de manera científica.

Viajemos un rato, retomemos las letras como un acto de reconciliación, como ese espacio en el que se quiere reiniciar todo aquello que nos relaciona con la oscura temporada que hemos dejado de lado, meses en los que las dudas, la angustia, lo débil de lo humano, el silencio de la conciencia, el dolor de la amistad que jamás existió, la partida de los que nos robaron lo que otros quisieron conservar, el beso amargo de una realidad que explota caprichosamente, el silencio de un blog que no ha tenido nada para contar.

Comprendemos muchos caminos inciertos, otros, tan claros como el sol, no permitimos que los demás lo descubran, preferimos deambular sigilosamente a aceptar que nos acompañen en baldosas amarillas, como si huyéramos de la bruja del este; nos encerramos en canciones que no dicen nada, solo ambientan el momento oportuno, esa eternidad de silencios que otros han querido interrumpir, esa eternidad que ni siquiera mi propia sombra ha podido reconciliar.

Los viajes no significan precisamente partidas a lugares lejanos, en ocasiones el único viaje pendiente es a nuestra conciencia, despejarnos en las dudas de los demás, desafiarnos en segundas, terceras o quizás miles de oportunidades posteriores, dejar que los infieles y mortales cuestionen nuestras letras y nuestros actos, pero lo importante no es quién lo cuestione, sino, hasta dónde estamos en disposición de permitirles dar respuesta. Dejarnos seducir en una taza fría de café, en un pilar de viejos libros de academia, en amistades que se han desvanecido con la más bella de las baladas, como la flama que ya no se escucha en noches de Café, como la cerveza que se dejó servida en una mesa para té.

Instinto de conservación y maduración, proceso natural de selección y aceptación, imaginarios que se estrellan en páginas blancas, llamadas que desde el otro lado de los Andes pueden dar más vida que un simple abrazo en una cafetería local. Oportunidades que nos llegan y no se dejan recibir, misterios de la conciencia que se prefiere dejar en blanco, oportunidades al fin y al cabo, esos desafíos de soledad que le damos a la eternidad.

Letras cotidianas que pierden su principal titular, películas que llegan a cartelera y buscan un nuevo hogar en la conciencia, interpretaciones que otros le dan a nuestra vida, interpelaciones que le damos a la vida de los demás. Agradecimientos especiales a los que en silencio nos dejaron huellas que por poco que fuese el tiempo que las vimos, nos evidenciaron el recetario necesario para caminar, sombras que se dejaron perder en la noche, calles iluminadas de gente, desesperados que deambulan en el cuarto de fumadores, en algún lugar de la noche.

El silencio de un blog que no ha tenido nada para contar.

AV

2 comentarios:

Anónimo dijo...

que en silencio nos dejaron...
que en silencio siguieron su rumbo..

Calila dijo...

Y que bien hace el silencio a veces, y que falta hace tambien...