13 de julio de 2022

Vivo (El presente)

 



Imagen tomada de:
 https://i.pinimg.com/originals/97/ef/b8/97efb896e3dd2050bd75df02e73fb4a2.jpg


Nos sentimos vivos, dejamos que la música nos invada las emociones, nos permeamos de recuerdos y hasta de ideas de futuro, un futuro que no existe pero que queremos que suceda.

Nos dibujamos en el aire.

Hay días en que queremos sepultarnos en la tristeza y en ella cubrimos todo lo que nos hace humanos hasta escondernos de eso que tanto nos duele. Otros días somos un envase vacío que espera ser llenado con algo de afecto que terceros puedan depositar. Somos seres temporales que vamos buscando vida en el asfalto que caminamos.

He dado pasos de distintos colores siempre pretendiendo mantener en firme esto que me hace humano, me he dado a las creación nuevamente para poderme resignificar, no es que me haya perdido en un diálogo intrínseco, ni mucho menos. Es que estoy en poderme reubicar, hacerme responsable de mí mismo y todo aquello que tengo a cargo: Mis proyectos, mis días azules, mis días grises, mis silencios y las canciones que le derivan.

Somos seres de comunidad, somos agentes sociales que nos construimos en el otro, nos proyectamos, vemos en el reflejo de quienes nos rodean una parte de nosotros que ha sido construida en el trayecto de la vida, pero es ese mismo viaje en dónde nos hemos versado en distintas personalidades.

A bien conversaba esta mañana con el periodista Galeano acerca de la manera como descuidamos un poco de nuestro interior por estar atentos a ese exterior.

Hay temporadas en que sentimos que algo malo ocurre afuera y queremos escapar de ese mundano lugar, protegernos o quizás, escabullirnos al punto tal de desplazarnos del estamento social. Son esas temporadas en que deberíamos (del deber ser) preocuparnos más de nuestra salud mental, física, espiritual, pero poca consciencia tenemos de hacerlo.

Son esas temporadas en que debemos de reforzar los canales de supervivencia social, de encontrarnos en la mirada de esos amigos y familiares que a bien nos alientan a destacar la mejor versión nuestra. Es bien sabido por demás, que debemos de procurar una sana alimentación, pero qué difícil se nos hace ser saludables en un entorno donde la comida más nociva está al precio más asequible.

¡Qué desafiante es girar en ambientes prósperos para la salud mental cuando los distractores los tenemos en el teléfono móvil!

Hay un mercado afuera de esperanza y desesperación.

Encontramos múltiples terapias, recetas, organizaciones cívicas y hasta medicamentos que prometen una vida saludable. Es nuestro deber ser atentos a ese mercado para no caer en engañosas prácticas, ser valientes y cuestionar cuanta idea de futuro nos llega en forma de resultados inmediatos.

Vivir es un acto que se hace por siempre, vivir bien es algo que se nos dificulta cada vez más, en gran medida por la falta de información, nos cuesta protegernos incluso de nosotros mismos.

Hay días azules, hay días grises, pero siempre estamos allí como parte de ese universo buscando un futuro mejor, deseable, vivible, distinto a quien somos ahora, buscamos llegar al otro lado de nuestra existencia, por amor, por tristeza, por desespero, o incluso, por vanidad, buscamos poder llenar ese envase vacío.

Estamos en el presente y nos dibujamos en el aire.


AV

No hay comentarios.: